Para recuperar la copa y la salud del árbol se han eliminado gran parte de las numerosas ramas, dejando sólo entre 2 y 4 ramas secundarias fuertes y bien orientadas por cada rama maestra(conservar las exteriores eliminando las necesarias para que no se crucen).
Mantendremos las ramas maestras a no ser que alguna tenga una inserción débil y por lo tanto peligrosa (horquillas en V en lugar de en U) o se alejen mucho del centro de gravedad del árbol.
Por último, podemos acortar las ramas secundarias para conseguir que ramifiquen y engrosen.
Estos cortes serán siempre inmediatamente por encima de una yema.
En primavera eliminaremos las ramillas que puedan salir de los cortes facilitando así que la savia se dirija hacia las ramas seleccionadas.
Hemos iniciado el trabajo de lo que será un árbol sano y equilibrado aunque en los próximos años tendremos que realizar pequeñas intervenciones para seleccionar ramas, siempre dando cortes limpios y siguiendo los principios básicos de poda.