Recolección de semillas, un desafío a la vez que una actividad muy gratificante, siempre que estemos hablando de obtenerlas de tus propias flores en tu propio jardín. Hacerlo puede ser fácil, pero es imprescindible que lo realices respetando algunas pautas que compartiremos a continuación y -por supuesto- en el momento adecuado.
Saber cuándo hacerlo es un punto clave: si lo haces demasiado pronto, la semilla no crecerá porque no estará aún 100% funcional; si lo haces demasiado tarde, la planta podría dejarla caer espontáneamente y ya se contaminaría o perdería. La manera de saber que estás ante el momento correcto para cosechar la semilla es cuando realmente se seca.
La planta realmente tiene que completar su proceso desde la floración hasta la configuración de la semilla madura y dependiendo de la especie que estemos hablando, el momento adecuado podría extenderse varias semanas o tan sólo unos días. Desde luego, y me parece pertinente aclararlo, siempre estamos hablando de recolección simple de semillas para obtener individuos genéticamente idénticos a sus padres, en otras palabras: no hablamos de hibridar ni de obtener semillas de híbridos.
Entonces… ¿cómo sabemos? El secreto es conocer (informarse, asesorarse, leer) el ciclo vital de la planta y muy especialmente y al detalle, las etapas de floración y los tiempos de las mismas. Una pauta que es un consejo de esos antiguos pero siempre vigentes, es recoger las semillas cuando la planta está “dispuesta” a darlas, es decir, si sospechas que es el momento correcto, sacude con suavidad la flor sobre un papel si es el momento, las semillas se desprenderán solas.