Seguro que alguna vez te has encontrado con que tu planta se ha muerto sin saber la razón de ello pero, cuando has ido a tirarla y la has sacado del tiesto, has visto que las raíces estaban podridas o bien comidas por completo y no sabes la causa.
Las raíces pueden pudrirse debido a dos motivos: bien por un exceso de riego o bien por un hongo que ataca a las raíces. La primera causa a veces se soluciona cambiando de maceta la planta y dejándola varios días sin regar. Por su parte, el hongo puede ser algo más difícil de tratar pero implica quitarle toda la tierra a la planta y ponérsela nueva de modo que se intente dejar el hongo en la tierra que vamos a desechar (puede salirnos bien o no).