El concepto viverístico sobre producciones de plantas programadas tiene dos vertientes muy definidas: habitual y puntual.
Por una parte, están las producciones de plantas programadas habituales. Se establecen plantaciones en fechas concretas y en las cantidades adecuadas para disponer de plantas listas para la venta en aquellos momentos en el que la demanda los precisa.
Por otra parte, con estas producciones de plantas programadas se consigue optimizar los espacios de cultivo y sacarle el mayor rendimiento posible a las instalaciones viverísticas.
Por otra parte se encuentran las producciones de plantas programadas puntuales. Normalmente, los viveros cultivan un mayor o menos listado de plantas que forman parte de sus producciones habituales, pero además cuentan con experiencia productiva de otras tantas especies que bien por su escasa demanda o porque su mantenimiento en vivero por espacios prolongados es muy problemático sólo se realizan por encargo.
En estos casos suelen concertar producciones de plantas programadas que permitan garantizar la disponibilidad de un tipo de planta en concreto que se precise en una fecha concreta.
En todos los casos, las producciones de plantas programadas garantizan una disponibilidad de plantas en condiciones comerciales óptimas tanto en cantidad como en fechas, así como la previsión de compras de materias primas, disponibilidad de mano de obra, etc.
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