El Palacio de Versalles fue el modelo de palacio real por excelencia en toda Europa y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, junto a sus jardines, que se extienden por 800 hectáreas y representan una de las máximas muestras de jardines de estilo francés. Situados a poco más de 20 kilómetros de la capital de Francia, son fácilmente accesibles para quienes se alojan en un apartamento de vacaciones en París.
Cuando el Rey Luis XIV decidió escapar del ruido y del caos de la capital, para residir con su corte en Versalles, se puso en marcha la realización no solo del palacio, sino también de sus famosos y suntuosos jardines, de acuerdo a una nueva concepción del paisaje, en la que inmensos jardines se extienden a partir de un eje central. Si el inicio es el palacio, sede del poder, el fin es el infinito y todo el espacio de los jardines debe parecer interminable.
El diseñador de los Jardines de Versalles, André le Notre, era un experto en arquitectura y botánica, que partiendo del estilo del jardín italiano, con su trabajo en Versalles fijó algunos de los parámetros y elementos fundamentales de lo que hoy se define “jardín de estilo francés”, del que los jardines de Versalles representan, obviamente, un modelo.
En el proyecto y en la realización de los jardines, Le Notre tuvo siempre como punto de referencia y fundamental herramienta la razón, en el sentido de que se estudiaron y fijaron todos los mínimos detalles, para que la configuración y el diseño final fueran perfectos. Entre los elementos determinantes de los jardines de Versalles y, desde entonces, del modelo del jardín francés, están: la geometría, el espacio abierto, la perspectiva, el uso del agua y la creación de características formas bien definidas, moldeando árboles y arbustos.
En cuanto a la geometría, el trazado geométrico del diseño es evidente, con un eje central, el Gran Canal de estilo veneciano, ejes secundarios, avenidas dispuestas en forma de estrella y estanques circulares y semicirculares. Contribuyen a la perfección del diseño los árboles, que tallados de forma muy precisa, van a crear una auténtica arquitectura vegetal. Los jardines se extienden en diferentes niveles y en torno al palacio se encuentran terrazas y parterres.
Los parterres de forma geométrica representan otro elemento característico: se trata de jardines, o partes de jardines, con césped, paseos y flores.
En cuanto al agua, fuentes y esculturas se encuentran diseminadas por todos los jardines. El sistema que permite el funcionamiento de estas fuentes y sus espectaculares efectos hidráulicos, es el fruto de la maestría técnica de matemáticos e ingenieros de la época, que realizaron una red hidráulica excelente.
Entre las zonas más interesantes de los jardines, que son una visita imperdible para quienes se alojan en un apartamento de vacaciones en París, están el arboretum de Chevreloup, el Huerto del monarca, donde se producían frutos y hortalizas para el rey y su corte, y el Invernadero de los Naranjos.
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