Uno de los regalos más especiales que se puede recibir es una docena de Rosas. Lo más común es que todas sean del mismo tipo, ¿pero qué te parecería recibir una Rosa de cada tipo y de cada color? Bien, quizás no sea la mejor idea, ya que sería un ramo un tanto caótico, pero si te decidieras a hacer este regalo a alguien, las doce especies que vamos a presentarte serían muy buenas candidatas.
Se trata de una mezcla entre la Rosa Foetida Persiana con la ‘Antoine Ducher’ cuya mayor característica es su color amarillo intenso que se degrada hacia el naranja y el rojo y sus flores dobles. Además, los rosales de esta especie tienen mucha vegetación en la parte baja. El perfume de las Soleil D’Or resulta exquisito. Esta bella flor se la debemos al floricultor Joseph Pernet-Ducher, que la creó en 1900.
Esta especie también tiene su origen en Francia, y a su cruce con Rosa Macrantha se le conoce como ‘Complicado’, a pesar de ser una de las flores más sencillas. Se trata de una especie muy vistosa y original, y fue una de las primeras Rosas que aparecieron. Es de las más caras, pero debido a su belleza, merece la pena gastar en ellas.
Es, sin duda, la imagen que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en una Rosa. Su color rojo y su textura recuerdan al terciopelo. En el año 1957 se le concedió el certificado ‘Gold Certificate’, la más alta aspiración que concede la Asociación Mundial de Rosalistas. El perfume que nos regala la Chrysler Imperial varía según la fase en la que se encuentre: del frescor del capullo a la dulzura de la corola marchita.
Otra especie de Rosas comunes, esta vez de color blanco, es la Iceberg (como se le conoce en España), Fee des Neiges (Hada de las nieves, nombre que recibe en Francia y sus países de influencia), Schneewittchen (Blancanieves, en alemán). Es capaz de dar muchísimas flores blancas, al contrario que su competidora, de la especie Virgo, con flores dobles pero más aisladas.
Su característica más especial es su color amarillo oro, y desde que se consiguió la mutación que le hace trepar, es la favorita para decorar espacios verticales en tonos amarillos. Esta especie procede del cruce entre variedades pernetianas por parte de Charles Mallerin. En sus capas de pétalos se pueden ver varios colores: rojos, naranjas, amarillos…
Es de las especies más espinosas, por lo que hay que tener cuidado a la hora de cultivarlas. Su olor es de los más deliciosos, y da frutos brillantes en amarillo y rojo, que duran bastante tiempo. Las espinas con las que cuenta pueden recordar a las de los cactus, pero realmente se trata de aguijones.
Fue la primera galardonada con el título ‘World Favourite Rose’. Crece sobre arbustos vigorosos y fuertes, y procede de la mezcla entre la Mme Butterfly y la Joanna Hill. Su perfume hace las delicias de los que se acercan a ella, y también su vista, ya que sus colores pueden variar.
Al igual que la anterior, procede de la factoría Meilland. Es la especie más resistente ante las plagas y enfermedades, y al contrario que todas las demás, no necesita que se eliminen sus flores marchitas, y su poda consiste en eliminar un tercio de la planta después del frío intenso. El color que nos regala depende de en qué día de la apertura se encuentre, y puede variar entre el naranja y el rojo. Pero la Sevillana no sólo es distinta en sus cuidados: a diferencia de las demás, no tiene fragancia.
Estas Rosas son muy especiales gracias a su color, que van del amarillo oro hacia el naranja, dando la impresión de reflejos rosas. Es de las primeras que aparece después del invierno, y su nombre procede del propietario de las tierras donde apareció oro hacia 1850, durante la fiebre del oro. Así, ‘el oro de Sutter’ es de las más espectaculares.
Para que brille en todo su esplendor, conviene no situar a esta especie procedente de China a pleno sol. Su aroma recuerda al del té, y en los últimos 150 años ha ido evolucionando hasta conseguir flores semidobles o dobles, con más pétalos que las primeras. Al igual que en otras especies, los colores pueden variar en función del cultivador.
Sus pétalos son pequeños, y obtienen un color rosa fuerte que llama la atención de cualquier experto en Rosas. Su característica más distintiva son las bandas que alternan el rosa pálido con el rosa fuerte. Tienen una corola semidoble que recuerda a una copa, y el cogollo, en amarillo. La mejor forma de colocarla es con matas muy compactas, que te proporcionarán setos y borduras que serán la envidia de todos.
La última de nuestras Rosas, y no por ello la menos espectacular, es la Baccara. Son las Rosas tradicionales que siempre hemos encontrado en las floristerías. No son muy grandes, pero sus tallos son rectos y rígidos, lo que las convierte en flores ideales para los ramos y los centros. Para que duren, hay que colocarlas en agua limpia, y cortar su tallo cada dos días.
Vía | plantas.facilisimo.com
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