Lo peor que les puede pasar a tus plantas es encontrarse con una plaga que merme su salud y hagan peligrar la vida de la planta, algo que no nos gustaría que les pasara. Es por eso que, para tener siempre a mano un insecticida, puedes usar uno casero hecho en casa que además no es malo para tus plantas. Eso sí, necesitas hacerlo con tiempo para que funcione.
Lo primero a hacer es trocear una cabeza de ajo y una cebolla con piel y ponerlo a hervir en un cazo con 2 litros de agua y una cucharada de pimienta de cayena. Se deja cocer 20 minutos a fuego lento y después se sacará y se repartirá en dos tarros (incluidos los trozos del ajo y la cebolla). Cuando estén fríos los tapas y dejas reposar en un lugar fresco durante 6 semanas.
Para usarlo tendrás que colarlo y usar la fórmula: una cucharada por medio litro de agua.
Vía: Facilisimo