Originaria del continente asiático, más concretamente de la India y China, el Hibiscus syriacus perteneciente a la familia de las Malváceas (Malvaceae), es un arbusto caducifolio de tallo arborescente con abundantes ramificaciones que puede alcanzar los 3 ó 4 metros de altura. Es la flor nacional de Corea del Sur, donde se la denomina mugunghwa.
El género Hibiscus engloba varias especies de plantas, de entre las que destacan el Hibiscus syriacus conocido popularmente como la “Rosa de Siria” o “Altea” y el Hibiscus rosa-sinensis o “Rosa de China”.
Las hojas de la Rosa de Siria (Hibiscus syriacus) son alternas de entre 3 y 9 centímetros de longitud, de forma ovada, generalmente con 3 lóbulos estrechos con bordes dentados. El período de floración va desde la primavera hasta el otoño, con flores que que pueden ir desde el blanco al rojo o violeta, con dibujos púrpuras o rojos en el centro. El fruto es una cápsula de color pardo amarillento cubierta por pelos amarillos.
Muy apreciada en jardinería urbana para la formación aislada, en grupos o setos en alineación, el Hibiscus syriacus puede cultivarse en todos los climas y no es demasiado exigente con los suelos, siempre que se mantengan suficiéntemente húmedos. Requiere de una poda anual al inicio de la primavera, que favorezca tanto la buena estructura de la planta, como una buena floración. Se multiplica por esquejes o por semillas.