Desde tiempos ancestrales, la luna ha sido objeto de fascinación y estudio. Su influencia en la Tierra es innegable, afectando mareas, comportamientos animales y, según muchos jardineros, el crecimiento de las plantas. A través de la observación y la tradición, se ha desarrollado una práctica de jardinería basada en las fases lunares.
Fases de la luna
La luna pasa por cuatro fases principales durante su ciclo de 29,5 días:
- Luna nueva: Durante esta fase, la luna está entre la Tierra y el sol, y no es visible desde nuestro planeta.
- Cuarto creciente: La luna se encuentra a la mitad de camino entre la luna nueva y la luna llena. Se ve como una media luna.
- Luna llena: La Tierra se encuentra entre la luna y el sol, lo que nos permite ver la luna en su totalidad.
- Cuarto menguante: Similar al cuarto creciente, pero la luz disminuye a medida que la luna se acerca a la fase de luna nueva.
Influencia en la jardinería
- Luna nueva a cuarto creciente: Durante esta fase, se cree que la savia de las plantas se mueve hacia arriba, lo que favorece el crecimiento de las partes aéreas de las plantas. Es un buen momento para sembrar y trasplantar flores, hortalizas de hoja y cereales.
- Cuarto creciente a luna llena: La fuerza gravitacional es más fuerte, lo que favorece el desarrollo de las raíces. Es el período ideal para plantar tubérculos, bulbos y hortalizas de raíz.
- Luna llena a cuarto menguante: La savia desciende hacia las raíces. Es un buen momento para podar, cosechar y sembrar plantas perennes.
- Cuarto menguante a luna nueva: Es una fase de reposo y se recomienda evitar la siembra o el trasplante. Es el momento ideal para labrar el suelo, eliminar malas hierbas y realizar tareas de mantenimiento.
Consideraciones adicionales
Si bien muchos jardineros juran por la jardinería lunar, es importante recordar que otros factores, como el clima, el tipo de suelo y las prácticas de cuidado, también juegan un papel crucial en el éxito del jardín. La jardinería lunar puede ser una herramienta más en el arsenal del jardinero, pero siempre debe ir acompañada de buenas prácticas y observación atenta.
La relación entre la luna y la jardinería es un testimonio de la conexión profunda entre la naturaleza y las prácticas humanas. Al sintonizar con los ritmos naturales, podemos cultivar jardines más saludables y en armonía con el cosmos.
Autor
