El álamo es un árbol nativo de América del Norte e incluye varias especies con características diferenciadas. Este árbol crece mejor cuando es cultivado junto a un estanque, un arroyo o cualquier curso de agua. Se trata de una especie de rápido crecimiento y que requiere de unos mínimos cuidados para un óptimo desarrollo.
Al momento de plantar un álamo se debe tener en cuenta que el lugar disponga de una iluminación solar completa. Este tipo de árboles no tolera crecer a la sombra. En el caso de plantar más de un ejemplar, el espacio ideal entre cada uno de ellos debe ser al menos de unos cuarenta pies.
Es importante que el suelo cuente con un abono orgánico en una cantidad del 50 por ciento en relación a la cantidad de tierra utilizada. Otra de las cuestiones importantes en el cuidado de los álamos se refiere a la frecuencia de riego, la cual debe ser suficiente como para mantener el suelo húmedo pero sin que el agua llegue a estancarse y ahogar las raíces.
Para controlar el crecimiento de los álamos resulta fundamental realizar la poda de las ramas muertas o dañadas en los principios de la primavera. Si el invierno ha sido muy crudo, posiblemente el árbol cuente con muchas ramas en estas condiciones.
La fertilización también se debe realizar en el comienzo de la primavera. Se puede implementar el uso de un fertilizante de uso general. Luego de colocar el producto, es importante regar con abundante agua. Con estos mínimos cuidados un álamo puede crecer en perfectas condiciones.