El aloe vera es una planta suculenta. Esto significa que tiene la capacidad de retener una gran cantidad de agua en su interior. De hecho, las plantas de aloe vera se encuentran compuestas de un 95 por ciento de agua. Se trata de una especie muy sencilla de cultivar y de fácil mantenimiento. Se puede utilizar con fines decorativos o aprovechar los amplios beneficios que tiene en cuanto a la salud y la estética.
Para cuidar una planta de aloe vera es importante contar con una maceta lo suficientemente ancha y que tenga un buen sistema de drenaje. Antes de colocar la tierra, se deben agregar en la base gravas o piedras pequeñas. En cualquier tienda de artículos para jardinería se puede conseguir el suelo específico para este tipo de plantas.
Para que una planta de aloe vera crezca fuerte y sana requiere de una abundante cantidad de iluminación solar. En el caso de ser cultivada en ambientes de interior, resulta fundamental colocar la maceta junto a una ventana para que pueda absorber rayos solares directos algunas horas en el día. Si la planta es cultivada al aire libre, se debe tener precaución en días con temperaturas muy bajas que podrían dañarla.
La planta de aloe vera debe ser fertilizada al menos una vez en el año durante la primavera. El producto se puede obtener en cualquier tienda de venta de productos para jardines. Teniendo en cuenta estos cuidados tan sencillos podremos sacar provecho de una planta con tantos beneficios para nuestra vida.
Vía | jardinerias.org
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