El césped es uno de los protagonistas del verano, y con un crecimiento notable el sol y el calor, nos obliga a un mantenimiento un poco mas extenso en estas épocas, con una poda mayor y cuidados con las malas hierbas.
Un consejo básico es que no tires el césped que cortes, ya que si cuentas con una compostera, obtendrás un abono realmente muy bueno, y si no, puedes enterrar estas hierbas cortadas para abonar directamente el suelo y de forma progresiva, además de ayudar a conservar la humedad de la tierra.
Si lo entierras, no debes olvidar de regar el área de forma notable para facilitar su descomposición, o bien puedes dejar que se seque al sol y cuando ya haya perdido su color verde, mezclarlo con el abono o fertilizante que utilices para realzar sus propiedades, o bien con el riego.
Igualmente, es fundamental que antes hayamos apartado las malas hierbas, dado que si se mezclan con el abono, pueden reproducirse fácilmente.