Bonsái de Azaleas. Además de ser una de las plantas ornamentales más bellas, la azalea se presta a la elaboración de hermosos bonsáis. Como es un arbusto frondoso, tupido y de crecimiento lento, puedes podarlo y darle la forma deseada sin que pierda densidad.
El bonsái de azaleas puede cultivarse en interiores -siempre y cuando el ambiente no sea demasiado oscuro y esté bien ventilado- o exteriores, teniendo en cuenta que la planta debe estar a la sombra durante las horas más calurosas del día y necesita un buen porcentaje de humedad.
Para un buen bonsái, evita las azaleas de flores demasiado grandes: las variedades que tienen flores más pequeñas y sencillas suelen ser más resistentes que las otras, un dato importante a tener en cuenta. Y riega tu planta con frecuencia durante todo el año (menos durante la época de heladas), porque las raíces de la azalea se secan rápidamente.
A la hora de la poda, recuerda que los brotes deben retirarse durante toda su etapa de crecimiento y hasta el final del verano, época que coincide con la aparición de las flores. Retira los tallos demasiado frondosos, para que la planta pueda airearse mejor y recibir más luz, haciendo hincapié en las ramas inferiores, que son las que más rápido crecen.
Después de cada floración limpia tu planta, eliminando todas las flores marchitas y los brotes del tronco. Y cada dos años -anualmente en plantas muy jóvenes- es aconsejable cortar 1/3 de las raíces de la azalea y trasplantarla. Después de hacerlo, espera como mínimo tres semanas para realizar la poda.
Vía | jardineria.pro
Autor
