La aeroponía es una de las más prometedoras fuentes de investigación en el sector de los cultivos florales y hortícolas.
La característica principal de la aeroponía es que estos cultivos pueden crecer sin tierra, es decir, son una de las respuestas más novedosas al problema de la falta de espacio para cultivar plantas.
La ventaja es que puedes implementar jardines autónomos que hacen posible el cultivo de hierbas y flores todo el año. De esta manera, es mucho más fácil para cualquier persona cultivar plantas de manera rápida y obtener excelente rendimiento con este tipo de cultivos.
Con esta técnica, las funciones de abastecimiento de agua y nutrientes vienen cumplidas mediante portaplantas, al igual que las soluciones nutritivas de sales minerales, que naturalmente son aportadas por la tierra.
El beneficio principal es la reducción en el uso de fertilizantes, agua y una drástica disminución en los consumos energéticos de los cultivos en invernadero. Esta técnica permite obtener enormes incrementos en la producción, y se puede aplicar al tomate, pepino, calabacín, pimiento y a las flores como el clavel y la rosa, por ejemplo.
¿Cómo funciona?
En el interior de unas canaletas se colocan goteros, que hacen circular una solución nutritiva para que las plantas crezcan, las cuales no se encuentran inmersas en ningún sustrato. En un extremo se coloca un pequeño microaspersor, que oxigenará el agua. En el otro extremo se ubica un tubo de drenaje, que vuelve a llevar la solución a la cisterna inicial.
La canaleta se cierra en su parte superior, y es allí donde se encuentran las plantas con las raíces al aire, mediante una placa de poliestireno expandido, el cual posee en su parte interna una funda de material plástico.
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