Cada día, más gente que se vuelca a lo natural y quienes tienen un huerto o cultivos, deciden abonarlo con sustancias orgánicas o abonos caseros.
Por un lado ahorran dinero, por el otro, obtienen mejores resultados en cuanto a la calidad de lo que cosechan y no corren ningún riesgo de nivel salud.
La pregunta es ¿Cómo hacer un abono casero?
Es simple, porque es a base de desechos naturales y de elementos que podemos guardar en vez de tirarlos a la basura, como por ejemplo cáscaras de huevos, restos de plantas que se producen cuando podamos, césped cuando lo cortamos, algunas frutas como las cáscaras de los plátanos, el centro de la manzana, estiércol o excrementos de animales, además de alimentos que se encuentren en estado de descomposición, entre muchos otros…
Una vez que hemos juntado todo esto, hay que hacer un hueco en la tierra y enterrarlo allí, (También hay quienes lo preparan dentro de bidones), teniendo en cuenta el no arrojar ningún resto animal, para que éstos no se sientan atraídos y escaven la zona.
Intenta hacerlo en un sitio que conserve la humedad o que no le dé el sol directamente, ya que es importante que todo se mantenga húmedo. Podrás comprobarlo cada vez que lo remuevas, algo que deberás hacer al menos una vez cada dos días.
De estar seco, échale agua pero en cantidad suficiente para humedecerlo, no mojarlo.
Tendrás que armarte de paciencia, ya que para utilizarlo, habrás de esperar cuando menos 2 meses. Por ello es recomendable hacerlo ni bien comienza el otoño para poder hacer uso del abono orgánico en primavera.
Cuando observes que tu abono casero, tiene un tono amarronado y se haya convertido en una especie de tejido áspero y húmedo, es la señal de que está listo para ser utilizado.
Imagen: jardinplantas.com, www.jardineria.pro, mujer.orange.es